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Sección: Psicología comunitaria

Lic. Stephanie Almeida

Lic. en psicología con orientación clínica (UCES). Posgrado en atención clínica psicoanalítica con Adultos. Cofundadora de Psicoanalizarte.
17/08/2020

Los efectos de la participación social en los miembros de las asociaciones de usuarios de servicios de salud mental.

 

Introducción

 Se advierte en el sistema de salud mental en Argentina la cristalización de un paradigma, ya obsoleto, asistencialista y tutelar que provoca la falta de sentido de pertenencia y solidaridad social. Esto detenta linealmente contra la autonomía e implica la objetalización en torno a los usuarios de los servicios de salud mental. En el territorio argentino la participación en salud mental aún es reducida (Ministerio de salud y desarrollo social de Gobierno Argentino 2019) y por ende  la subjetividad de sus usuarios puede verse afectada. Por este motivo y con el fin de paliar esta problemática se han creado diferentes asociaciones de usuarios. Podríamos decir que el principal obstáculo radica en que no se habilitan espacios para que los usuarios puedan replantear sus opiniones en relación a los problemas que los aquejan. Si bien estas nuevas alianzas de usuarios están surgiendo en el país, coexisten con el modelo asilar manicomial que aún tiene preponderancia.

Las asociaciones de usuarios luchan por ser considerados en la concepción y armado de los múltiples servicios que les están destinados. Si sus reclamos pudieran ser escuchados generaría un ambiente propicio para disminuir el padecimiento subjetivo, con patologías que de ser vividas de forma individual y pasiva potencian su carácter patologizante. A su vez los miembros de dichas alianzas son críticos del paradigma asilar manicomial y el discurso hegemónico de poder, habilitando una nueva concepción más democrática y cooperativa del sistema de salud mental. Como parte de los efectos de la participación social activa, los miembros podrían desarrollar un poder de resiliencia mayor apoyado en los lazos de solidaridad social y a su vez un empoderamiento de los usuarios evitando una dependencia de la asistencia.

Participación social

Menéndez (2010) considera que la participación social ha sido propuesta como una actividad necesaria no sólo respecto de los procesos de salud – enfermedad – atención sino también respecto de una gran diversidad de campos: educativo, económico, recreativo y cultural. Esto dio lugar en la década de los 40 a propuestas y proyectos de participación social impulsados por el estado y/o desde la sociedad civil. En esta época la participación social aparece como un objetivo y como un instrumento de aplicación y de reflexión teórico-metodológica respecto de los procesos de s-e-a (Salud / Enfermedad/ Atención) ya que podía mejorar las condiciones de vida y reducir factores negativos.

La participación social sienta sus bases en la implicación personal de los sujetos frente a sus propias problemáticas generando así una soberanía de la comunidad en la toma de decisiones que los concierne. Los lazos sociales se agudizan y la connivencia es fundamental para que surja la solidaridad comunitaria que crea nuevas posibilidades para sus miembros.

Rosales, Ardila y Stolkiner (2015) advierten que la importancia de la participación de los usuarios de servicios de salud mental en la promoción de sus derechos donde distinguen los efectos positivos de la participación. Como ejemplo de dichos efectos podríamos nombrar los siguientes: el conocimiento por parte de los usuarios de sus propios derechos, el mayor entendimiento de los mismos; mayor autoaceptación y autoafirmación; consolidación de los usuarios como agentes de cambio y propulsores de las leyes que resguardan sus derechos; etc.

Hay que destacar que como señalan Ruiz y Perestelo (2012) que la participación de los pacientes supone un nuevo modo de entender la relación entre éstos, los profesionales y el sistema de salud, no sólo desde el prisma del conocimiento, el manejo y el control de la propia salud, de manera individual o colectiva, sino también desde la influencia que puede llegar a tener en la planificación de políticas sanitarias.

Promoción de la salud mental

La participación social propicia desde el punto de vista comunitario la promoción de la salud mental. Podemos decir que la creación de las múltiples asociaciones de usuarios de servicios de salud mental, que han aparecido en el último tiempo en la Argentina, tiende a cambiar la perspectiva de cara a los denominados “pacientes” y habilita su reposicionamiento activo frente a las diferentes problemáticas que los aquejan.

La Promoción de la salud radica en la participación efectiva y concreta de la comunidad en la fijación de prioridades, la toma de decisiones y la elaboración y puesta en marcha de estrategias de planificación para alcanzar un mejor nivel de salud. Esto requiere un total y constante acceso a la información y a la instrucción sanitaria.

A su vez favorece el desarrollo personal y social, en tanto que proporciona información, educación sanitaria y perfecciona las aptitudes indispensables para la vida. De este modo se incrementan las opciones disponibles para que la población ejerza un mayor control sobre su propia salud. Es esencial proporcionar los medios, a través de las escuelas, hogares, lugares de trabajo y el ámbito comunitario, en el sentido de que exista una participación activa por parte de las organizaciones profesionales, comerciales y benéficas

Empoderamiento y Resiliencia y su relación con la participación

Las nociones de “Empowerment” y “Resiliencia” se encuentran ampliamente ligadas a la participación ya que se advierten como posibles efectos de la misma. La participación social recrea un ambiente donde los miembros de la comunidad se empoderan en la toma de decisiones para poder autogenerar soluciones a sus propios problemas; estableciendo así un entorno en donde la resiliencia sea una posibilidad tangible.

Montero (2003) entiende el empoderamiento o fortalecimiento de una comunidad, como el proceso mediante el cual los miembros de una comunidad (individuos interesados y grupos organizados) desarrollan conjuntamente capacidades y recursos para cambiar su situación de vida, actuando de manera comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo así mismos. Se configura un verdadero proceso colectivo el cual importa un intercambio en la sociedad en el cual la comunidad, desarrolla por sí misma poder y recursos para controlar su situación de vida actuando de manera comprometida y crítica.

Respecto al siguiente término relacionado con la participación, la “Resiliencia”, es para Zaldua, G. (2000) un constructo en la búsqueda de igualdad de las oportunidades.  La autora  completa esta definición con la establecida por de Michel Rutter quien caracteriza  a la resiliencia como el conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida sana viviendo en un medio insano. Las bases de la resiliencia son tanto constitucionales como ambientales y el grado en que este comportamiento se manifiesta está sujeto a la edad, el contexto y a otras variables.

Asociaciones de usuarios de salud mental en Argentina

Desde una perspectiva de DDHH nació, en la “Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, una nueva forma de pensar la participación. Este lema dio comienzo al nuevo paradigma de “Autonomía Personal”, el cual consiste en respetar y fomentar la autonomía de las personas para decidir sobre sus propias vidas, y persigue como horizonte suprimir las barreras físicas, comunicaciones y actitudinales derivadas de los prejuicios y preconceptos.

  • Apussam, “Asamblea Permanente de Usuari@s de los Servicios de Salud Mental”, creada en 2009. Es una organización constituida exclusivamente por usuarios y usuarias de servicios de salud mental, que fue apoyada y tuvo su sede inicial en un organismo de derechos humanos: el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales). Sostienen la necesidad de tener un espacio absolutamente propio, más allá de las redes que establezcan con otros organismos diversos, porque les permite hacer más visible la especificidad de sus voces y de las necesidades expresadas desde su lugar. Se definen como una agrupación que busca resguardar de la situación de inseguridad jurídica a los usuarios de los diferentes dispositivos de salud mental. Buscan cambiar la legislación, evitar abusos y mala praxis; reuniéndose con la esperanza de forjar un mundo en donde no existan los estigmas, ni las injusticias relacionadas con la salud mental. Señalan como su interés principal contactar personas usuarias de los servicios de salud mental interesadas en conocer y defender sus propios derechos.

Es preciso resaltar la invitación a uno de sus encuentros nacionales (el “Pink-Freud”), que tenía una indicación elocuente: “No usuari@s abstenerse”; consultados al respecto, quedaba claro que cualquiera podía ir, si se consideraba “usuari@” de servicios de salud mental, pero que no querían estar “bajo” la mirada de profesionales, investigadores, gestores, familiares o cualquier otra, en esa instancia de encuentro.

  • RED FUV, Red de Usuarios, familiares, voluntarios, estudiantes y profesionales, se constituyó en 2006; convocada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).Esta red anterior a la normativa vigente, luchaba por una Ley de Salud Mental, bajo el lema: “¡Por una ley de salud mental y derechos humanos para todos y todas!”. Su nombre da cuenta de la heterogeneidad de su composición; se definen como red integrada por “personas e instituciones interesadas en el trabajo conjunto por los Derechos de las Personas con padecimiento mental”. Este propósito de integrar grupos, asociaciones y personas está al servicio del objetivo que se enuncia en su lema: “Por los derechos de las personas con Padecimiento Mental – Superando lo corporativo rumbo a lo cooperativo”.

Esta asociación se encarga de publicar un boletín digital periódico en el que, entre otros temas, dan cuenta de sus actividades. Las mismas son muy variadas e incluyen desde interlocución con entidades del Estado, hasta participación en programas de formación de posgrado en universidades.

  • Locos por nuestros Derechos. red de usuarios de salud mental, establecida en Chile. Se definen como Comunidad de expertos por experiencia y expertos por formación unidos por el reconocimiento, ejercicio y defensa de los derechos humanos en salud mental. Su labor se orienta a visibilizar las opiniones de los usuarios, los denominados “Locos”:

“Si bien la opinión de los “locos” no se aprecia mucho, tenemos la obligación de informar a la sociedad y a las instituciones para que nuestra voz se escuche y se respete, si queremos que precisamente eso cambie. Ahora pueden decirnos que estamos locos, que estamos locos por nuestros derechos

Bibliografía

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